Ruta del Vino de la Mancha


Ruta del Vino de la Mancha

Vinos Coloman y Pedro Muñoz como localidad participarán en el proyecto “Rutas del Vino de La Mancha”.

LA RUTA DEL VINO DE LA MANCHA
Está ubicada en plena llanura manchega. Formada por 10 municipios: Alcázar de San Juan, Argamasilla de Alba, Campo de Criptana, La Solana, Pedro Muñoz, Socuéllamos, Tomelloso y Villarrubia de los Ojos de la provincia de Ciudad Real, El Toboso de Toledo y Villarrobledo a Albacete junto con 2 bodegas de la provincia de Cuenca. Todos en el corazón de La Mancha, un mar de viñas, territorio de la DO de La Mancha.

La Ruta del Vino de la Mancha pertenece a ACEVIN quien ha desarrollado Club de Producto Turístico Rutas del Vino de España, respaldado por la Secretaría de Estado de Turismo, TURESPAÑA.
La Mancha es un mar de viñas: tenemos más de 400.000 ha de viñedo. También tenemos más de 3000 horas de luz al año. Los suelos, el clima, las lluvias son las que definen los vinos de cada región: nuestros suelos calizos y arcillosos están a una altitud entre 600 y 800m, el clima extremo: Inviernos fríos y veranos cálidos. Las precipitaciones son mínimas: no llegamos los 400mm. Todas estas condiciones, sobre todo, las horas de sol y las escasas lluvias evitan la aparición de hongos y enfermedades y hacen que nuestras viñas gocen de muy buena salud y necesiten de pocos tratamientos. Por eso, muchos de los vinateros y bodegueros de La Mancha, apuestan por lo natural, lo ecológico y lo sostenible. Otra de las principales características de los vinos de La DO La Mancha es la diversificación varietal. Contamos con 25 variedades que producen vinos con aromas y sabores intensos desde las variedades de uva tradicional las blancas: la airén y la macabeo, o en tintas la cencibel o tempranillo y la garnacha a las variedades foráneas como la chardonnay o la syrah que se han adaptado perfectamente a esta tierra.

PEDRO MUÑOZ

En el centro geográfico de La Mancha, en el eje que forma el vértice de las provincias de Ciudad Real, Cuenca, Toledo y Albacete. Este pueblo, Cuna del Mayo Manchego, además de mantener las tradiciones, refleja un comportamiento industrial creciente, junto a un sector servicios que ocupa a más de un tercio de su población. Es un pueblo emprendedor y dinámico, con una gran actividad vitivinícola. Su origen es de finales del siglo XIII, aunque existen restos prehistóricos. El pueblo Íbero y, posteriormente, los imperios romano, visigodo y musulmán fueron ocupando estas tierras rodeadas de humedales que se vieron sacudidas periódicamente por sequías y epidemias.

En el siglo XVI, la emperatriz Isabel, actuando como regente en ausencia de su marido el emperador Carlos I, concedió a Pedro Muñoz el privilegio de Villa, el 10 de agosto de 1531. Desde entonces, la población se incrementó y se vivieron épocas de cierto esplendor como lo reflejan algunas casonas del siglo XVII como Casa de la Paca y la iglesia renacentista de San Pedro Apóstol.

Pedro Muñoz es cuna del Mayo Manchego, cuya fiesta está declarada de Interés Turístico Nacional, en la que conviven el folclore con la gastronomía y con la conmemoración a la tradición de la ronda pedroteña. Lo más álgido se celebra en torno al 30 de abril y el 1 de mayo, con múltiples actos culturales, gastronómicos y festivos.
Merece la pena la visita al Quijote Box, una colección de 845 piezas relacionadas con El Quijote y Cervantes. La Laguna del Pueblo y su Centro de Interpretación es el testimonio de la naturaleza de estas tierras llenas de humedales, donde a lo largo del año se pueden observar más de 120 especies de vertebrados.
Uno de los mejores ejemplos de turismo industrial es la Fábrica de Harinas, equipada con maquinaria de molienda austrohúngara de la 2ª mitad del Siglo XIX que situó a Pedro Muñoz como uno de los principales lugares de molienda de la Meseta Sur.